A mi Padre

Este es mi mes, Abril, no sabia que estaría lleno de.... mañana tendré la primera sorpresa, soñada por tí.
Aun te recuerdo de niña, cuando llegabas de trabajar, aunque cansado,
tenias tiempo para jugar; crecí entre hilos y filigranas, en el taller de mamá, y entre planos, escuadras y cartabones, que encima de la mesa dejabas y yo, emborronaba, y tú, nunca te enfadaste, solo mi mano cogías y jugando con ella, convertías mi borrón en un rostro, un paisaje, una calle, o la estructura de una gran mansión.

Fuí creciendo, con un grato recuerdo de niñez, a la que le siguió una adolescencia, marcada por la rebeldía, propia de esa edad.
Casi nunca, nos poníamos de acuerdo, con quien salia, a las horas de llegada, por donde andaba, a mi me enfadaba, que me vigilaras, !yo sabia, lo que hacia!.

Y luego, me enamore. Me reprochaste, y fué quizás esta rebeldía, la que hizo no escucharte, y cometer el mayor error de mi vida....

Aún recuerdo, el día que me llevaste al altar, era alegría, la mueca que surcaba tu cara, o era que ya me perdías.
Y aquel día fatídico, que la muerte se aproximo, pero tú, le diste cara, y solo te saludo, pero te dejo postrado en una cama, como si fueras un bebe, sin habla, sin conocernos, con esa mirada perdida en el techo, de tu habitación de hospital, y cuando me acercaba, y te llamaba, solo una lágrima asomaba, y el doctor decía, que era buena señal, algo en tí había para continuar.
Que año más largo en el frío hospital, que viajes no dí, porque te prometí, sacarte de allí, para acompañar a mi hermana al altar, el día de su boda.
Y lo conseguimos, los dos.
Y ahora te doy las gracias por tus reproches y consejos.
Por el bien que me inculcaste.
Me enseñaste a luchar, !la vida no es fácil! -me decías.
Aspirando siempre a lo más alto y a mis sueños no renunciar.
Te guié, de la mano cuando necesitaste ayuda, tu mirada profunda me lo pedía.
Paciencia, tesón y mi torbellino de ideas, siempre te hacían perder la razón.
Me instruiste, junto a mi mamá, en la vida y me enseñaste a no mentir, aunque en esto te falle, por él... y el tiempo te dio la razón.
Contigo contar siempre puedo,
tus ojos, me miran y dentro, quedan mis recuerdos.
Papi, un beso.